Ballenas, elefantes, albatros y el efecto invernadero
L10.116
Por qué la naturaleza limita la transición energética
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Ha tenido que ser un ingeniero aeronáutico quien ponga el dedo en la llaga. El sol proporciona energía a raudales, pero no podemos utilizarla en su integridad para mantener nuestra actual civilización industrializada. Lo impiden las leyes de la física. Somos muy ineficientes y necesitamos una forma de energía más concentrada, menos difusa. Por eso en este libro mantiene la tesis de que la transición energética está condenada al fracaso. Un polémico encontronazo con la realidad.
Editorial: Guadalmazán
Colección: Divulgación Científica
ISBN: 9788419414663
Año: 16-05-2025
Edición: 1
Páginas: 256
Tamaño: 15 x 24 cm
Encuadernación: Tapa blanda o bolsillo
Idioma: Castellano
Disponible
¿Por qué la fotosíntesis solo aprovecha el 0.08 % de la energía solar disponible tras 3500 millones de años de evolución? ¿Cómo es posible que los países ricos reduzcan sus emisiones mientras el CO₂ global sigue aumentando? ¿Por qué nuestros avances en eficiencia energética no frenan el consumo?
Este libro responde a estas preguntas no desde ideologías, sino desde las leyes físicas que rigen la transformación de la energía y la generación inevitable de residuos. Con ejemplos tomados de la vida cotidiana, el autor construye un argumento devastador contra la fe ciega en la tecnología como solución a nuestros problemas ambientales. Tras analizar la cantidad de energía que requeriríamos para reciclar todos nuestros residuos, incluyendo el CO₂, y los límites reales de captura energética mediante renovables, el libro nos enfrenta a una conclusión incómoda: nuestro modelo económico choca frontalmente con las leyes de la física, y ninguna innovación podrá eludirlas.
A escala planetaria, la superficie disponible para la captura de energía solar, incluyendo bosques, matorrales y zonas áridas como desiertos, es de 88 millones de km². Para satisfacer las necesidades de un mundo equitativo que recicle el 100% de sus residuos, necesitaríamos 13 millones de km² —equivalente a la mitad del continente africano— cubiertos de dispositivos de captura energética.
Este libro desafía los cuatro mitos fundamentales que sostienen nuestras esperanzas sobre la transición energética: que la eficiencia reduce las emisiones, que el enriquecimiento disminuye la degradación ambiental, que los sumideros de residuos son infinitos y, sobre todo, que el Sol puede satisfacer nuestras desmesuradas necesidades energéticas.
Mientras la ballena azul navega a 8 km/h adaptada a la baja densidad energética disponible en el planeta, los humanos impulsamos buques portacontenedores a 40 km/h gracias a combustibles fósiles que concentran la energía solar acumulada durante millones de años. Esta diferencia —1300 veces más consumo energético por unidad de biomasa que el resto de seres vivos— expone el verdadero problema: no son nuestras tecnologías, sino nuestra intensidad energética. A través de un análisis implacable basado en las leyes físicas, esta obra revela por qué, a pesar de 29 cumbres climáticas, los avances son mínimos, y por qué la única forma de mantener nuestro mundo transformando residuos materiales en calor residual exigiría una cantidad de energía que las renovables no pueden proporcionar. Un libro esclarecedor que demuestra matemáticamente por qué la falacia del desacoplamiento entre emisiones y crecimiento, la capacidad finita de los sumideros planetarios y el inexorable incremento de los residuos nos dejan frente a una conclusión tan inevitable como la entropía: tendremos que reinventar nuestra relación con la energía antes de que se agote la herencia fósil.