Estamos muy acostumbrados a que lo que nos llega en clave ambiental haga referencia al sacrificio, la catástrofe o cómo tenemos que vivir. Por esta razón, y en pleno momento de extremismo político y social y de precariedad vital generalizada, dedicamos toda esta revista al viento de cambio que sopla en el ecologismo con una refrescante pregunta que nos parece muy pertinente: qué es vivir bien. Si pensamos en las cuestiones que son importantes en nuestra vida actual y en el futuro al que aspiramos –seguridad material, nuestra casa, cuántas horas dedicamos al trabajo, la calidad de la ciudad donde vivimos y de las relaciones que mantenemos–, resulta que respetar los límites planetarios no solo nos garantiza un futuro en su sentido más literal, sobre todo es que este pinta mucho mejor de como estamos viviendo en estos momentos. Hemos hablado con investigadores en felicidad, antropólogos, cineastas, activistas, profesionales de la salud, organizaciones sociales, laborales y ambientales, políticos y periodistas, y hemos leído muchos libros; pero sobre todo hemos viajado a distintos lugares aquí y fuera del país para conocer a personas que ya están viviendo de otra forma, en la que la mirada ambiental siempre está presente, y parece que esto les hace realmente felices.
En las 80 páginas de esta revista hay muchos testimonios que muestran cómo salirse del materialismo salvaje en el que vivimos, vacío de todo sentido, resulta tan innovador como satisfactorio. Esperamos que sea igual de inspirador para ti como lo ha sido para nosotros. Sin pepitos grillos, en este número hay pura vida.